Parece que, por fin, el viejo pájaro carroñero que durante décadas embobó a millones de españoles que se negaban a la desmembración territorial y moral de España, ha estirado la pata.Al final se descubrió su verdadero objetivo: crear una oposición domesticada y con amplias tragaderas para no estorbar el proyecto zapaterista.Curiosamente, no la han matado los todopoderosos altavoces mediáticos de la progresía, ni las tarascadas envenenadas de los separatistas. Han sido los propios beneficiarios de la maloliente ave, los que durante años han vivido entre sus muelles plumas a costa de los impuestos de los españoles, los que han acabado con el bicho.Algún enano de charlotada radiofónica lamenta con estridencia la descomposición del pájaro, y acusa con histerismo a los gavioticidas internos. Este enanito es el mismo que durante años ha negado el pan y la sal a cualquier alternativa al zapaterismo que no pasase por el liberalismo, la otra cara salvaje y siniestra de la moneda partitocrática. Ajo y agua.
La solución para evitar que la apisonadora masónico-zapaterista convierta España en una especie de confederación de repúblicas bananeras ya no reside, afortunadamente, en el podrido pajarraco. Ahora, los millones de españoles que apoyaron a la gaviota se han quedado lúcidamente huérfanos. Ha llegado la hora de que demuestren si son capaces de articular una oposición real a la hueste zapaterina sin complejos mojigatocráticos ni santurronerías políticamente correctas. Ha llegado la hora de la SOLUCION NACIONAL
Publicado en http://antorchanegra.blogspot.com/
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