Parece ser que se va a llegar a un acuerdo entre PSOE y PP, sumándose a la propuesta de La Razón para que todas las localidades españolas rindan en su callejero un homenaje a las víctimas del terrorismo.Por mi parte, estoy plenamente de acuerdo.Y, como me temo que a algunas víctimas nadie las va a recordar, aquí dejo mi propuesta de algunos nombres que no debemos dejar que se olviden:
LUIS CARRERO BLANCO
Luis Carrero Blanco
José Luis Pérez Mogena
JuanAntonio Bueno Fernández
Asesinados por ETA en Madrid.Una fuerte explosión lanzó a una altura de más de 20 metros el coche en el que el presidente del gobierno, Luis Carrero Blanco, volvía a su casa después de asistir a misa. Conducía José Luis. Lo acompañaba Juan Antonio, inspector de Policía. De los tres, sólo José Luis llegó con vida al hospital al que fueron trasladados. Murió muy poco después de ingresar.
MELITON MANZANAS GONZALEZ
2 de agosto de 1968.
Melitón Manzanas González
Asesinado por ETA en Irún (Guipúzcoa).Melitón era policía y jefe de la Brigada Político-Social de Guipúzcoa. Aquel 2 de agosto tres individuos lo esperaron frente a su casa en Irún y le dispararon siete tiros. ETA justificó su asesinato asegurando que "había ejecutado una sentencia del pueblo". Melitón estaba casado y tenía una hija
JUAN ATARES PEÑA
23 de diciembre de 1985
Juan Atares Peña
Asesinado por ETA en Pamplona.Juan era general de brigada de la Guardia Civil en situación de reserva activa. Ese lunes, Juan paseaba por el parque de la Vuelta del Castillo, cerca de su casa. Dos terroristas, un hombre y una mujer, le dispararon por la espalda a quemarropa; tres tiros, dos en la nuca y uno en la espalda.Nacido en Huesca, 67 años, Juan estaba casado y era padre de ocho hijos
VICTOR LEGORBURU IBARRECHE
9 de febrero de 1976.
Víctor Legorburu Ibarreche
Asesinado a tiros por ETA en Galdakao (Vizcaya), localidad de la que era alcalde. Tenía 53 años.Su hijo Víctor cuenta su historia en Olvidados, el libro de Iñaki Arteta y Alfonso Galletero:
"Yo no he hablado de esto ni con los amigos más íntimos. Siempre he evitado hablar de mi dolor.El asesinato de mi padre lo he tenido muy dentro, pero hoy es el día que más voy a hablar de ello, voy a contar cosas que jamás he contado. Hoy me he dicho:
"voy a poner mi 'granito de arena' para paliar este silencio en el que nos hemos visto envueltos. Es lo único que puedo hacer.Mi padre era una persona terriblemente honrada, era sincero, no era ni había sido nunca una persona política, se entregaba al servicio de los demás y era muy fiel a sus principios. Precisamente eso le costó la vida, si no hubiera sido fiel a sus principios no habría muerto a manos de ETA, sin duda. Entonces diréis: ¿cuál es la causa? ¿por qué lo mataron? Lo mataron por una cosa muy sencilla: porque mi padre creía -al igual que todos los vascos durante muchos siglos han creído- que los vascos, por ser vascos, eran españoles. Los vascos nunca lo habían puesto en duda y mi padre tampoco. Bueno, pues por eso lo mataron, así de sencillo. Fue acribillado a tiros por unos asesinos de ETA a pocos metros del portal de nuestra casa cuando, por la mañana temprano, se dirigía a su puesto de trabajo. Murió en el acto. Mi hermana y yo estábamos estudiando en Madrid y mis padres estaban viviendo solos entonces. Mi madre me llamó y me dijo que mi padre estaba herido, que quería que fuéramos, que había tenido un atentado y que estaba herido en el hospital y ella con él.
(...) Al llegar a Barajas a las nueve nos enteramos de que los aviones con destino Bilbao no salían porque el aterrizaje en el aeropuerto vizcaíno resultaba imposible por la niebla. Por fin, a las dos del mediodía cogimos un avión que llegó hasta Bilbao. Sobrevolamos la ciudad, de la que no se veía absolutamente nada, mientras el piloto hizo hasta tres temerosos intentos de aterrizar. Pero los tres sin éxito.
(...) A las cuatro de la tarde estábamos de nuevo en nuestro punto de partida y lo primero que hice fue acercarme a comprar el periódico. Cogí el Informaciones
(...) y en la portada figuraba la noticia: el alcalde de Galdácano había sido asesinado. Entonces me puse a llorar. No me lo quería creer. Además nuestra madre nos lo había ocultado.
(...)Para mi madre aquello fue el final de su vida. La falta de su marido, y cómo se produjo esta falta, convirtió su vida en un infierno hasta que falleció el 23 de abril de 2004. Pero para nosotros siempre fue un ejemplo de dignidad porque siempre sacó ánimo para tirar hacia delante. El respaldo social que se encontraba en aquellos tiempos era nulo, totalmente nulo. La reaccion de la sociedad, cuando se trataba de un civil, era decir "algo habría hecho", lo cual, indudablemente... Si era una persona de uniforme, un guardia civil, etc, bueno, pues ya se sabe a qué se exponen, para eso están, se decía, para que les disparen, no están para otra cosa. Ese era el ambiente.
(...)Así llegó la amnistía de 1977, amnistía que quiso ser como un 'borrón y cuenta nueva', un paso más hacia la libertad y la democracia. Esa amnistía supuso que 65 asesinatos de ETA quedaran totalmente impunes, o sea, como que no habían ocurrido, lo cual para las víctimas es algo terrible
(...). Y efectivamente no fue solución definitiva
(...)La razón tiene que triunfar y vamos a seguir luchando por ser optimistas, por tener libertad, justicia, paz, pero también para que se sepa cómo han sido las cosas. Yo reivindico la dignidad de mi padre como otros reivindican la dignidad de su hijo, de su hermano, de su marido, de su mujer. Y la memoria. La memoria es imprescindible. Mi padre me enseñó que había que construir en positivo así que yo no he alimentado el odio en mí mismo, ni tampoco en mis hijos. El odio es lo peor para uno mismo, porque te consume. Ya sólo falta que encima de hacerte lo que te hacen te dediques a odiar toda la vida. Eso habría sido una victoria todavía superior para ellos. "
RICARDO SAENZ DE YNESTRILLAS MARTINEZ
17 de junio de 1986.
Carlos Vesteiro Pérez
Ricardo Sáenz de Ynestrillas Martínez
Francisco Casillas Martín
Asesinados por ETA en Madrid.Carlos y Ricardo eran militares. Carlos, teniente coronel; Ricardo, comandante. Francisco hacía el servicio militar como voluntario y era soldado conductor. A las dos y media de la tarde, en la avenida del Manzanares, fueron ametrallados cuando volvían a casa desde Capitanía General, donde estaban destinados en la jefatura de personal.Una vecina del barrio lo vivió así:
"Yo venía de comprar el pan. Fue entonces cuando escuché el ametrallamiento. Me aproximé allí para ver qué sucedía y vi a los dos jóvenes, uno a cada lado de la avenida, que huían, abriendo fuego, en dirección a la calle de San Conrado, donde les esperaba un vehículo de color gris plateado. Estaba muy asustada. Los autores del atentado dispararon para amedrentar a los transeúntes, algunos de los cuales se echaron al suelo para protegerse. Inmediatamente corrí hacia el vehículo, porque soy enfermera y pensé que podría ayudar a los heridos. Dos de sus ocupantes estaban muertos. Un tercero, que viajaba atrás, en la parte derecha, conservaba un hálito de vida. Un joven se aproximó corriendo. '¡Es mi padre!', dijo el muchacho".
Era uno de los tres hijos de Ricardo. Carlos tenía 50 años. Ricardo, 51. Francisco, 19.
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