Extraigo este escrito de la revista El Risco de la Nava que muy amablemente me envia puntualmente todos los meses mi amigo y camarada Francisco Javier:
No es la primera vez que conjuntamente escribo sobre estos dos personajes que no tuvieron la muerte que se merecían y que nunca llegaron a conocerse a pesar de que hay quien dice que sí. En esta ocasión vuelvo a referirme a ellos porque acabo de finalizar la lectura del libro de Carlos Morla Lynch, diplomático chileno, que vivió en Madrid durante la Segunda República y que en los años 1957 y 1958 Aguilar publicó las dos únicas ediciones que se conocían hasta ahora. El pasado año Renacimiento ha sacado una nueva edición que como las anteriores ha titulado En España con Federico García Lorca y en ningún momento, a lo largo de sus más de 600 páginas, recoge esa posible amistad tan deseada para algunos, pero lo historia es la que es y no la que muchos hubieran querido que fuera.
El libro, como indica su propio título, está dedicado al poeta granadino. Nombres como Vicente Huidobro, Teresa León, Manuel Altolaguirre, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Jorge Guillén José Bergamín, Luis Rosales, Vicente Aleixandre, Pedro Salinas, Eugenio d’Ors, Salvador de Madariaga, Miguel de Unamuno, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Miguel Hernández, Gerardo Diego, etc., aparecen citados en sus páginas y de la mayoría de ellos habla de la relación que tuvieron con García Lorca. También cita a José Antonio Primo de Rivera de quien dice le es «extremadamente simpático» y al que ve como «todo un varón fuerte, viril, decidido, con rostro y fisonomía de niño bueno. Nunca mejor aplicada para definirlo que la expresión andaluza de «tiene cielo». Igualmente lo ve como «un muchacho de una entereza y noble caballerosidad a toda prueba; valiente, vertical siempre y seguro de sí mismo. Su actitud –muy discutida– es noble y levantada, y no habrá republicano –por fanático que sea– que, en el fondo de su ser íntimo, no lo sienta así. Estoy cierto de ello».
Y sobre el mismo José Antonio añade este corto diálogo:
«–Tienes la suerte –le digo– de que te quieren hasta tus enemigos.
»Noto que esta declaración sincera lo conmueve, y, después de repetir la frase pausadamente –hasta mis enemigos– como para penetrarla bien, se queda pensativo…».
Estas palabras después de leer lo que cuando tienen ocasión le dedican sus adversarios políticos y no políticos, representan motivo de esperanza donde además no tengan sitio los falsificadores de nuestra historia más reciente.
El libro, como indica su propio título, está dedicado al poeta granadino. Nombres como Vicente Huidobro, Teresa León, Manuel Altolaguirre, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Jorge Guillén José Bergamín, Luis Rosales, Vicente Aleixandre, Pedro Salinas, Eugenio d’Ors, Salvador de Madariaga, Miguel de Unamuno, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Miguel Hernández, Gerardo Diego, etc., aparecen citados en sus páginas y de la mayoría de ellos habla de la relación que tuvieron con García Lorca. También cita a José Antonio Primo de Rivera de quien dice le es «extremadamente simpático» y al que ve como «todo un varón fuerte, viril, decidido, con rostro y fisonomía de niño bueno. Nunca mejor aplicada para definirlo que la expresión andaluza de «tiene cielo». Igualmente lo ve como «un muchacho de una entereza y noble caballerosidad a toda prueba; valiente, vertical siempre y seguro de sí mismo. Su actitud –muy discutida– es noble y levantada, y no habrá republicano –por fanático que sea– que, en el fondo de su ser íntimo, no lo sienta así. Estoy cierto de ello».
Y sobre el mismo José Antonio añade este corto diálogo:
«–Tienes la suerte –le digo– de que te quieren hasta tus enemigos.
»Noto que esta declaración sincera lo conmueve, y, después de repetir la frase pausadamente –hasta mis enemigos– como para penetrarla bien, se queda pensativo…».
Estas palabras después de leer lo que cuando tienen ocasión le dedican sus adversarios políticos y no políticos, representan motivo de esperanza donde además no tengan sitio los falsificadores de nuestra historia más reciente.
Creo recordar que en la "Biografía Apasionada" de Ximénez de Sandoval se comenta que a José Antonio le agradaba la poesía de García Lorca.
ResponderEliminarDe cualquier manera, y con todos mis respetos para el granadino, no creo que se puedan poner a la misma altura uno de los pensadores y políticos más importantes del siglo XX y un poeta que, si no hubiera sido por su asesinato a manos de las derechas, no hubiera pasado de ser un personaje de segunda fila en nuestras letras.