Llovía. De una manera incesante y copiosa. Frío en el ambiente, ardor en nuestros corazones.
Una multitud apasionada palpitaba el comienzo del acto Público, protegiéndose bajo un mar infinito de paraguas y chubasqueros, muchos de ellos con los colores de la enseña nacional.
Era mi primera vez, y doy fe de que nunca lo olvidaré. Apenas un chaval, pero mi padre, al llevarme con él a la Plaza de Oriente, encendía en mi una llama firme que nunca se apagaría.
Por la megafonía himnos que no me eran ajenos. Mi padre desde bien pequeños, se había encargado de inculcarnos valores, ideales y principios.
El himno de la Legión y el de Infantería; Banderitas Las Corsarias, Único Capitán…….. Los acordes se expandían por la explanada de la Plaza, elevando al máximo la temperatura emocional de los asistentes.
No había ningún rincón de España sin representación en aquella Plaza de la Lealtades, y las pancartas se mantenían firmes, enhiestas y desafiantes debajo del aguacero.
De repente, y coincidiendo con un respiro pluvial, la multitud comenzó a gritar como un solo hombre y rotas sus gargantas el nombre de los actores principales del evento : “Raimundo, Girón y Blas Piñar”. Menudo Cartel. Allí estaba representada la España Imperial.
Y tras ellos miles y miles de españoles inasequibles al desaliento y la traición.
Durante las 3 ó 4 horas que duró el acto, nadie se movió de su sitio, paraguas al brazo y en lo alto las nubes.
Cada ¡VIVA! al Invicto Caudillo, le seguía como un resorte un JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA ¡¡ PRESENTE!! que se propagaba como un tsunami hacia todos los rincones del escenario elegido. Los pelos como escarpias y el corazón desbocado.
ESPAÑOLES venidos de toda España, de todos los estratos y condiciones sociales, de distintas fuentes ideológicas, se fusionaban y unían en un torrente imparable de amor a España.
Aquí no había ni letra pequeña, ni contratos. Unidad de Acción y Criterio. Consenso e Ideas Fuerza comunes al ideario todos los intervinientes y sensibilidades. Estos ingredientes habían conseguido una pócima revolucionaria y explosiva, que conseguía por fin romper el cerco electoral de nuestras ideas y que los asistentes se contaran por miles en cada uno de los actos públicos y convocatorias que esa España Imperial realizaba a lo largo y ancho de nuestro territorio.
El Oriamendi, el Himno Nacional - cantado - y la mística de nuestro Cara al Sol, cerraba el acto inyectando poesía a todos los miles de asistentes, y disparaba la adrenalina a los máximos niveles permitidos en un ser humano.
Año 2.009. Vuelvo al presente. Otro 20-N.
Dicen que la esperanza ha muerto. Que todo acabó. Que hemos sido derrotados. Que no nos queda valor.
No lo creais. Aún quedamos patriotas optimistas e ilusionados Fe y Esperanza. Corazón y Pelotas. La llama sigue viva y las banderas alzadas.
Aún quedamos Idealistas . Poetas y guerreros. Hoy somos pocos y dispersos.
Aprendamos de la historia y seamos capaces de alcanzar acuerdos y avanzar.
De llenar de nuevo las plazas y los corazones marchitos.
De alcanzar Una unidad operativa de los diversos partidos y sensibilidades del Area Patriótica.
Este año, iré a la convocatoria del 20-N, y llevaré por primera vez a mi hija.
¡VOLVEMOS A EMPEZAR!
De nuevos gritos de UNIDAD ………… que en España empieza a Amanecer.
Una multitud apasionada palpitaba el comienzo del acto Público, protegiéndose bajo un mar infinito de paraguas y chubasqueros, muchos de ellos con los colores de la enseña nacional.
Era mi primera vez, y doy fe de que nunca lo olvidaré. Apenas un chaval, pero mi padre, al llevarme con él a la Plaza de Oriente, encendía en mi una llama firme que nunca se apagaría.
Por la megafonía himnos que no me eran ajenos. Mi padre desde bien pequeños, se había encargado de inculcarnos valores, ideales y principios.
El himno de la Legión y el de Infantería; Banderitas Las Corsarias, Único Capitán…….. Los acordes se expandían por la explanada de la Plaza, elevando al máximo la temperatura emocional de los asistentes.
No había ningún rincón de España sin representación en aquella Plaza de la Lealtades, y las pancartas se mantenían firmes, enhiestas y desafiantes debajo del aguacero.
De repente, y coincidiendo con un respiro pluvial, la multitud comenzó a gritar como un solo hombre y rotas sus gargantas el nombre de los actores principales del evento : “Raimundo, Girón y Blas Piñar”. Menudo Cartel. Allí estaba representada la España Imperial.
Y tras ellos miles y miles de españoles inasequibles al desaliento y la traición.
Durante las 3 ó 4 horas que duró el acto, nadie se movió de su sitio, paraguas al brazo y en lo alto las nubes.
Cada ¡VIVA! al Invicto Caudillo, le seguía como un resorte un JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA ¡¡ PRESENTE!! que se propagaba como un tsunami hacia todos los rincones del escenario elegido. Los pelos como escarpias y el corazón desbocado.
ESPAÑOLES venidos de toda España, de todos los estratos y condiciones sociales, de distintas fuentes ideológicas, se fusionaban y unían en un torrente imparable de amor a España.
Aquí no había ni letra pequeña, ni contratos. Unidad de Acción y Criterio. Consenso e Ideas Fuerza comunes al ideario todos los intervinientes y sensibilidades. Estos ingredientes habían conseguido una pócima revolucionaria y explosiva, que conseguía por fin romper el cerco electoral de nuestras ideas y que los asistentes se contaran por miles en cada uno de los actos públicos y convocatorias que esa España Imperial realizaba a lo largo y ancho de nuestro territorio.
El Oriamendi, el Himno Nacional - cantado - y la mística de nuestro Cara al Sol, cerraba el acto inyectando poesía a todos los miles de asistentes, y disparaba la adrenalina a los máximos niveles permitidos en un ser humano.
Año 2.009. Vuelvo al presente. Otro 20-N.
Dicen que la esperanza ha muerto. Que todo acabó. Que hemos sido derrotados. Que no nos queda valor.
No lo creais. Aún quedamos patriotas optimistas e ilusionados Fe y Esperanza. Corazón y Pelotas. La llama sigue viva y las banderas alzadas.
Aún quedamos Idealistas . Poetas y guerreros. Hoy somos pocos y dispersos.
Aprendamos de la historia y seamos capaces de alcanzar acuerdos y avanzar.
De llenar de nuevo las plazas y los corazones marchitos.
De alcanzar Una unidad operativa de los diversos partidos y sensibilidades del Area Patriótica.
Este año, iré a la convocatoria del 20-N, y llevaré por primera vez a mi hija.
¡VOLVEMOS A EMPEZAR!
De nuevos gritos de UNIDAD ………… que en España empieza a Amanecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario