Navegando, como se dice, por esas paginas de Internet he encontrado en una de ellas, HISPANIAINFO, una contestación a un articulo de Martin Saenz de Ynestrillas.Por su claridad y por estar de acuerdo con él desde la primera palabra hasta la última, lo corto y lo pego y os lo traslado sin haber pedido permiso a Martin,por dos motivos:1º Porque es publico al estar en Internet y 2º porque siempre que lo hago me lo concede el bueno de Martín y no es cuestión de estar molstando con estas zarandajas. Ahi va:
He pasado por aquí con la intención de leer a mi camarada Nacho Toledano – con el que abiertamente discrepo a menudo en los temas relacionados con las otras falanges, pero que sin embargo no me impide trabajar con él en proyectos de diversa índole, como por ejemplo el Centro de Estudios Nacional Sindicalistas y mucho menos hace que deje de considerarlo falangista o camarada – y me encuentro con una suerte de escupidera en la cual, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (al menos en la geografía clásica, que hoy ya no se sabe), se reparten al unísono, certificados de falangismo (a partir del percentil 98 en el falangistómetro) y bofetadas miserables a quienes ni intenvienen en la conversación, ni han salido a colación por el autor de la entrevista, ni puede cometer el error de entrar a debatir en un terreno tan pantanoso como defenderse de los insultos más miserables con nombre propio, contra el anononimato frecuente y cobarde de la internet.
Soy Ynestrillas, el otro Ynestrillas, el que todavía milita en Fe-La Falange con todo lo que le da de sí el cuerpo y que ha manifestado en diversas ocasiones que recaló aquí por casualidad, pero que permanece por compromiso con un proyecto y porque, a diferencia de otros lugares, uno puede trabajar y sentirse falangista sin estar permamentemente ni velando por el apellido familiar ni acreditándose a cada rato como falangista.
Me marqué hace tiempo la obligación moral de no denostar a ningún otro líder o candidato a serlo del llamado mundo azul, porque creo rotúndamente, que ese escenario sólo beneficia a nuestros enemigos y divierte a todos, así que no voy a hacerlo ahora, a pesar de lo vertido en los comentarios de esta entrevista, pero sí aprovecharé para decir dos cosas: pretender la desarticulación política de Ricardo Ynestrillas – que además se ha autodesarticulado él sólo – repitiendo sistemáticamente las más miserables jaculatorias anónimas del sistema es, símplemente, repugnante y cobarde, muy cobarde. Dar patadas a Nacho Toledano en el culo de Ricardo o viceversa debe ser un ejercicio muy divertido, pero de una miseria moral que no cabe describir en este comentario. Denostar a Ricardo (supongo que es a él a quienes os referís, aunque bien podríais referiros a mi, pues “gasto” el mismo apellido) por razones políticas es muy fácil, basta con no estar de acuerdo con él y exponerlo. Símple. Incluso tiene un blog donde hacerlo es norma. Yo mismo no comparto multitud de extremos que por razones obvias no voy a desvelar. Por eso resulta todavía más cobarde usarlo como arma arrojadiza aquí.
Hacerlo con Nacho también es mu fácil – yo lo hago a menudo – pero en mi intención está lograr convencerlo de que deje de hacer o decir determindas cosas, no insultarlo personalmente. Es cuestión de argumentar, discutir, contraponer y hasta coincidir de cuando en cuando.
Su entrevista, al menos titularmente, tiene argumentos irrepochables tanto desde el punto de vista político como jurídico – se compartan con él o no las conclusiones y las formas, que de hecho como ya he repetido, yo no comparto en mucha medida, en lo tocante a las relaciones inter-falanges y sí en otros argumentos – pero que eso se convierte en un análisis de nivel de falangina en sangre, ya no por los niveles actuales, sino incluso por los heredados por la militancia original me parece, como mínimo pueril.
De tal modo que – esto también se cura leyendo – cabría desacreditar a miles de camaradas históricos y actuales cuyos orígenes se encuentran en las organizaciones más curiosas y sus evoluciones también, símplemente porque no nacieron ya en FE-JONS – ya no falangistas – ya sean estos de izquierda, monárquicos, del bloque nacional, de los grupos ultracatólicos o de cualquier otro origen, porque la historia en eso como en todo, es testaruda y muestra a cada uno como es.
Pero lo imperdonable, el delito de nacimiento, el pecado original, sería, por partida doble, el haber militado en Fuerza Joven y, pos supuesto, haber llegado a la política recientemente, caso de ser esto verdad.
Por lo visto la antigüedad es un grado y si tu “tienes ficha en FE-JONS” desde tiempo inmemorial, tienes acreditado el percentil 98 en el falangistómetro, aunque seas un perfecto canalla. Por otro lado, si – como mi propio caso – has dado algunos de tus mejores años como falangista en Fuerza Joven, no sólo no puedes ser falangista, sino que cometes anatema.
¿Sabéis?, con esto me pasa lo mismo que con Franco, que sin necesidad ninguna me convierto frecuentemente en su defensor ante el abandono de algunos, las mentiras de muchos y la cobardía de los más, a golpe de calcetín y de ética. Me va a terminar pasando lo mismo con Nacho, que de discrepar abiertamente voy a terminar asumiendo sus argumentos a empujones, contra la mediocridad reinante y la incontinencia de muchos.
Es una pena, porque yo sí aspiro a que, de forma natural, algún día podamos discutir de proyectos políticos y acción común, a pesar del asco que produce, cada vez mayor, este cibersubmundo de desocupados anónimos.
Soy Ynestrillas, el otro Ynestrillas, el que todavía milita en Fe-La Falange con todo lo que le da de sí el cuerpo y que ha manifestado en diversas ocasiones que recaló aquí por casualidad, pero que permanece por compromiso con un proyecto y porque, a diferencia de otros lugares, uno puede trabajar y sentirse falangista sin estar permamentemente ni velando por el apellido familiar ni acreditándose a cada rato como falangista.
Me marqué hace tiempo la obligación moral de no denostar a ningún otro líder o candidato a serlo del llamado mundo azul, porque creo rotúndamente, que ese escenario sólo beneficia a nuestros enemigos y divierte a todos, así que no voy a hacerlo ahora, a pesar de lo vertido en los comentarios de esta entrevista, pero sí aprovecharé para decir dos cosas: pretender la desarticulación política de Ricardo Ynestrillas – que además se ha autodesarticulado él sólo – repitiendo sistemáticamente las más miserables jaculatorias anónimas del sistema es, símplemente, repugnante y cobarde, muy cobarde. Dar patadas a Nacho Toledano en el culo de Ricardo o viceversa debe ser un ejercicio muy divertido, pero de una miseria moral que no cabe describir en este comentario. Denostar a Ricardo (supongo que es a él a quienes os referís, aunque bien podríais referiros a mi, pues “gasto” el mismo apellido) por razones políticas es muy fácil, basta con no estar de acuerdo con él y exponerlo. Símple. Incluso tiene un blog donde hacerlo es norma. Yo mismo no comparto multitud de extremos que por razones obvias no voy a desvelar. Por eso resulta todavía más cobarde usarlo como arma arrojadiza aquí.
Hacerlo con Nacho también es mu fácil – yo lo hago a menudo – pero en mi intención está lograr convencerlo de que deje de hacer o decir determindas cosas, no insultarlo personalmente. Es cuestión de argumentar, discutir, contraponer y hasta coincidir de cuando en cuando.
Su entrevista, al menos titularmente, tiene argumentos irrepochables tanto desde el punto de vista político como jurídico – se compartan con él o no las conclusiones y las formas, que de hecho como ya he repetido, yo no comparto en mucha medida, en lo tocante a las relaciones inter-falanges y sí en otros argumentos – pero que eso se convierte en un análisis de nivel de falangina en sangre, ya no por los niveles actuales, sino incluso por los heredados por la militancia original me parece, como mínimo pueril.
De tal modo que – esto también se cura leyendo – cabría desacreditar a miles de camaradas históricos y actuales cuyos orígenes se encuentran en las organizaciones más curiosas y sus evoluciones también, símplemente porque no nacieron ya en FE-JONS – ya no falangistas – ya sean estos de izquierda, monárquicos, del bloque nacional, de los grupos ultracatólicos o de cualquier otro origen, porque la historia en eso como en todo, es testaruda y muestra a cada uno como es.
Pero lo imperdonable, el delito de nacimiento, el pecado original, sería, por partida doble, el haber militado en Fuerza Joven y, pos supuesto, haber llegado a la política recientemente, caso de ser esto verdad.
Por lo visto la antigüedad es un grado y si tu “tienes ficha en FE-JONS” desde tiempo inmemorial, tienes acreditado el percentil 98 en el falangistómetro, aunque seas un perfecto canalla. Por otro lado, si – como mi propio caso – has dado algunos de tus mejores años como falangista en Fuerza Joven, no sólo no puedes ser falangista, sino que cometes anatema.
¿Sabéis?, con esto me pasa lo mismo que con Franco, que sin necesidad ninguna me convierto frecuentemente en su defensor ante el abandono de algunos, las mentiras de muchos y la cobardía de los más, a golpe de calcetín y de ética. Me va a terminar pasando lo mismo con Nacho, que de discrepar abiertamente voy a terminar asumiendo sus argumentos a empujones, contra la mediocridad reinante y la incontinencia de muchos.
Es una pena, porque yo sí aspiro a que, de forma natural, algún día podamos discutir de proyectos políticos y acción común, a pesar del asco que produce, cada vez mayor, este cibersubmundo de desocupados anónimos.
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