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En definitiva,que la diaspora de nuestras fuerzas,esta llegando a unos limites que si no fuera por la importancia que esto tiene,resultaria digno de algun monologo de el club de la comedia.Ahora se recuerda con nostalgia(aqui sí nostalgia),cuando a mediados de los 90,todos acudiamos a la misma concentracion con los matizes de cada organizacion y la unica lucha era ver si se podia tener incidencia o no en la Tribuna de oradores.Lejos quedan ya aquellas manifestaciones mas o menos multitudinarias,en las que los mas y los que menos,saliamos de allí henchidos de patriotismo,para continuar el año politico que nos quedaba.Como decia aquel lema tan acertado de los primeros años de Nacion Joven:20-N:Un dia de Homenaje;365 de Lucha.
Y como las celebraciones y misas de los años mas cercanos a este,no merecen mucho comentario de militancia,he rescatado de Internet un articulo de un antiguo camarada y amigo de Juan Ignacio Gonzalez que como todos sabeis el 14 de Diciembre,es la fecha de su asesinato que todavia sigue impune.¿que hubiera pasado a nuestra militancia si Juan Ignacio siguiera vivo?.Si todavias pensais que todo esto seria igual que ahora,por lo menos rindamosle el Homenaje que se merece¿o tambien nuestra extraña pureza,nos va a impedir homenajearle,como a tantos otros de los nuestros, que esa pureza absurda nos ha hecho olvidar y en lucha politica estar como estamos?
Ahi va mi humilde Homenaje y debemos de pedir el esclarecimiento de su ASESINATO:
El 14 de diciembre de 2007 tendrá lugar el XXVIIº Aniversario del asesinato de nuestro camarada Juan Ignacio Rodríguez González. Los que fuimos sus compañeros de lucha y los que lo tuvimos como jefe político, no podemos pasar por alto esta fecha que permanece, a mas de un cuarto de siglo vista, presente de manera indeleble en nuestros corazones.
Aquellos años en los que teníamos un ideal para vivir…
Juan Ignacio emergió como militante político en los últimos años del franquismo y principios de la transición. No procedía de nuestro ambiente, sino que militó durante un tiempo en la izquierda comunista. El proceso de transformación de sus ideas políticas tuvo lugar durante la transición, tras la muerte de Franco. Juan Ignacio ingresó en Fuerza Nueva en donde pronto se convirtió en uno de los líderes de la organización. Fundó la “Sección C”, verdadero servicio de orden del partido, cuyos distintivos eran diferentes a los del resto de la organización: camisa gris y boina negra.
En aquel período se curtió en numerosas luchas callejeras contra la extrema-izquierda, permanentemente adicta al ideal estalinista y a la intolerancia que siempre ha practicado contra sus adversarios políticos. Mal asunto para la extrema-izquierda, porque permanentemente fue batida sobre el terreno y puesta en fuga, incluso en situaciones de superioridad absoluta. En todas estas acciones de autodefensa, Juan Ignacio nunca dio un paso atrás y su personalidad y empuje hicieron que siempre, incluso los “primerizos” y menos lanzados, le siguieran hasta en las circunstancias más desfavorables.
En los años 77-80, buena parte de la juventud española optó por militar en formaciones patrióticas y antiestalinistas. Para todos los que, en aquel momento, optaron por esta opción, Juan Ignacio se convirtió pronto en un referente político. Especialmente, a partir del despegue de Fuerza Nueva, durante el verano de 1977. Lamentablemente, el partido cometió suficientes errores políticos y de conducción, que todo el formidable potencial de energías patrióticas que logró movilizar Blas Piñar, quedó dilapidado a la vuelta de pocos años.
En 1977, cuando militábamos en Fuerza Nueva, percibimos el problema interior del partido: un excesivo escoramiento hacia el nacional-catolicismo que no iba a ser entendido por el pueblo español, además de unas formas paramilitares (inadecuadas en una democracia formal como la que se inauguraba en aquellos momentos en España) y unas referencias constantes al franquismo, entonces en pleno desmantelamiento, que hacían mirar atrás más que hacia el futuro. Tras nuestra expulsión del partido, Fuerza Joven se desvinculó del mismo, creándose el Frente Nacional de la Juventud. .
En 1978, 300 militantes de Fuerza Joven de Madrid y de la Sección C, se dan de baja de Fuerza Nueva y fundan el Frente de la Juventud. La dirección del partido, mal aconsejada, había juzgado conveniente comprar un palacete como sede central. El edificio era desproporcionado para un partido como Fuerza Nueva que, en aquel momento, tenía solamente un diputado. Juan Ignacio y el Secretario General de Fuerza Nueva, José de las Heras Hurtado, habían aconsejado que, en lugar de esa faraónica sede, el partido comprara locales en los barrios en donde tenía más implantación, a fin de reforzar las secciones locales. Así mismo, existía un proyecto de editar un diario del partido. Todas estas iniciativas quedaron desactivadas en cuanto se compró el palacete en cuestión. La polémica no estaba exento de un trasfondo estratégico: se trataba de potenciar una “dirección fuerte” o bien unas “delegaciones fuertes”. Para Juan Ignacio y para Pepe de las Heras, esta segunda opción respondía mucho mejor a la situación del partido y aseguraba su crecimiento en las bases. Para el entorno de Blas Piñar, era mucho más importante priorizar una sede central para reforzar el peso de esa misma dirección. A 30 años vista de aquella polémica, no tenemos más remedio que recordar la lucidez de Juan Ignacio y de Pepe de las Heras. Sin embargo, la discusión (que, en el fondo, era estratégica) generó una primera fisura interior en el partido, especialmente en la Delegación de Madrid que, finalmente, seis meses después, desembocó en la ruptura de 300 militantes madrileños y la Delegación vallisoletana. Así nació el Frente de la Juventud.
Era evidente que entre el FNJ barcelonés (que había logrado extenderse a Gerona, Zaragoza, Navarra, Asturias, etc.) y el FJ, necesariamente debía de operarse una aproximación. Ésta fue imposible mientras el FNJ estuvo dirigido por Ramón Graells Bofill que no estaba dispuesto a integrarse en una dirección en la que, sin duda, ocuparía un lugar secundario. Tras la ruptura del FNJ, el sector mayoritario (y todas las delegaciones) esta organización se integró en el FJ a principio de 1979 y, como tal, participamos en el Primer Congreso del Partido ese mismo año. De ese congreso, surgió una nueva dirección en la que Juan Ignacio Rodríguez ocupaba el cargo de Secretario General, José de las Heras fue elegido presidente del partido .